martes, 10 de julio de 2012

Lazos

Los dos caminan juntos, con sus manos juntas, diez dedos intercalados, rozándose, fundiéndose... el compás de sus pasos parece llevar un ritmo fijo, constante. Marchan despacio, como a ellos les gusta, siempre fijándose en todo lo que ven a su alrededor, en todo lo que descubren. Y a veces se miran, y es entonces cuando sus ojos expulsan una brillantina invisible.
- ¡Espera, Espera! Quiero ver ese escaparate.
Y la deja ir, sus manos se separan, sus ojos se pierden entre el gentío de la gente que se interpone entre ellos...



Al otro lado, una mujer de unos treinta años camina sola, taconea con desparpajo, feliz, resuelta. Es el descanso de su duro día de trabajo. Maneja la correa extensible de su perra Australiana Silky Terrier beige, con poderío.
Su lazo, colocado encima de la cabeza la hace bella, incluso va a juego con la correa de su dueña. Es pequeña, sensible, adaptable, afectuosa. una perra preciosa.
- ¡Uy, qué vestido tan bonito!
justo detrás, a unos centímetros de sus piernas, se coloca ella, erguida, dispuesta a continuar la marcha. Espera órdenes.


PD: Las cuerdas, tanto físicas como abstractas, dominan, no respetan. Crear lazos de unión, y no de dominio permite que el amor aflore, que nazca, que se desarrolle... que muera...

No hay comentarios:

Publicar un comentario