martes, 19 de abril de 2011

Sueños

Los sueños, a veces dirigidos, a veces obligados, son la clara expresión de lo que nuestras mentes desean imaginar. ¿Por qué soñamos con nuestro pasado? ¿O con nuestro destino? ¿Es la cabeza la dueña de los sueños? ¿Es acaso su poder exclusivo? Los sueños no pueden dirigirse; esta es una conclusión a la que he llegado de forma cómoda. Lo que más me cuesta es determinar si nuestro corazón interviene en ellos, si tiene el suficiente poder como para imponerse a lo que nuestra cabeza desea dentro de nuestro inconsciente, si es capaz de permitirnos soñar con la persona que queremos y deseamos. Y es que en los sueños todo es más bonito pues todo es imaginario. Nos atrevemos a cosas inverosímiles, insólitas, injustificadas: y a la vez mágicas, poderosas, sobrenaturales…
Los sueños son esa parte de utopía que debemos hacer realidad, ¿por qué no nos atrevemos a hacerlos realidad? Tal vez por vergüenza o por miedo, quién sabe. Sin embargo, yo te digo que los sueños una vez imaginados hay que protegerlos porque las personas tenemos esa capacidad innata para cumplirlos. ¡ve y consíguelo!
PD: Cuando los sueños son personas merecen la pena.

2 comentarios:

  1. Cierto es que no siempre conseguimos soñar con lo que deseamos, que a veces el subconsciente nos juega una mala pasada y relaciona cosas que no tienen demasiado sentido para nosotros. Pero yo tengo una recta infalible para remediarlo: soñar despiertos. Yo lo hago casi a diario (y quizás el casi sobra) y es de las cosas que mayores satisfacciones y sonrisas me provocan.

    Aún así, nunca está de más, como tú dices, ir y tratar de atrapar a los sueños, aunque sea uno de esos que se tiene cuando se está despierto. Ojalá y consigamos nuestros sueños.

    Un besito, pequeño =)

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  2. Los sueños son esa parte de nosotros que más miedo tenemos de asumir, porque sabemos de la dificultad para conseguirlos. Sin embargo, todos y cada uno de los días de nuestra vida tenemos un pequeño reducto de tiempo para dejar volar nuestra mente hacia ellos, e imaginar cómo sería todo una vez cumplidos. Y como tú bien dices, los únicos sueños que merecen la pena, son las personas, aunque son los mas temibles por el miedo al fracaso.

    Aún con todo, tú, igual que yo y muchas personas más, seguiremos soñando.

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